A partir del 1 de enero de 2025, llenar el tanque de tu auto será más caro en México. Esto se debe al incremento en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aplicado a las gasolinas y el diésel.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ajusta anualmente esta cuota. Este cambio, que aún debe ser anunciado en el Diario Oficial de la Federación, también afecta productos como refrescos, cigarros, comida chatarra, bebidas alcohólicas y energizantes.
El IEPS, un impuesto que se aplica a productos considerados nocivos o de alto consumo. En teoría tiene como objetivo recaudar recursos para el gasto público y, en algunos casos, desincentivar su uso.
El aumento del IEPS no ocurre de forma arbitraria. Se calcula en función de la inflación anual, y se toman como referencia los datos del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Aunque los precios de los combustibles están influenciados por factores internacionales, el gobierno mexicano utiliza subsidios fiscales para amortiguar su impacto. No obstante, una reducción reciente en estos apoyos fiscales sugiere que los consumidores podrían sentir el alza en los precios de las gasolinas y el diésel de manera inmediata.
Aumento al precio de la gasolina en México
Según información de Aristegui Noticias, una proyección del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) dejó ver que el incremento del IEPS sería de 4.5%, lo que dejaría los costos de las gasolinas y diésel de esta manera.
Magna: 6.4 pesos por litro, 28 centavos más cara que en 2024.
Premium: 5.4 pesos por litro, 28 centavos más cara que en 2024.
Diésel: 7 pesos por litro, 28 centavos más cara que en 2024.
Es importante señalar que el costo señalado es por litro y antes de impuestos como el IVA del 16%. Además hay que entender que cada gasolinera fija un precio según la oferta y demanda de la zona.
El aumento al IEPS, aunque previsible, se convierte en reto adicional en un contexto económico complicado. Este ajuste pone en evidencia la necesidad de planificar los gastos, especialmente en productos esenciales, en un año que inicia con precios al alza.
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