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MOTUS
Por Raúl Parra Tarín...
Señor, deja que diga la gloria de tu raza, la gloria de los hombres de bronce, cuya maza melló de tantos yelmos y escudos la osadía:
¡Oh! ¡caballeros tigres!,
¡Oh! ¡caballeros leones!,
¡Oh! ¡caballeros águilas!,
¡Os! traigo mis canciones;
¡Oh! enorme raza muerta!, te traigo mi elegía.
RAZA DE BRONCE! ¿Qué pensaba Amado Nervo? ¿Cuál fue su inspiración? ¿Cuál fue su sentimiento ante los fantasmas de Netzahualcóyotl, Ilhuicamina, Cuauhtémoc y su cuarto fantasma de límpida mirada, al que llama alma de luz, cuerpo de bronce?
¿Acaso inexistentes personajes mitológicos? ¿Fantasías de mente enferma? O tal vez reales ancestros nuestros que dejaron huella en nuestra sangre y esta se ha ido diluyendo ¿Por eso quizá les llama enorme raza muerta? O tal vez un presentimiento, una profecía de lo que ocurriría con las generaciones que le seguirían a el mismo envolviéndose en una degradante indiferencia sin importarles la corrupción, los vicios, la degeneración y el abatimiento, el abandono, la dejadez enfrentadas con macabras bromas, memes y risa irónica, como burlándonos de nosotros mismos?
Raza de bronce con pies de barro ¿Es que los mexicanos estamos caídos? ¿Temerosos? Ignorantes de nuestro enorme potencial, de nuestros abundantes recursos, de nuestras grandes capacidades, de nuestra creatividad, de nuestra reciedumbre ¿Hemos perdido el valor de la raza de bronce y tenemos miedo? ¿Estamos asustados sintiéndonos impotentes ante el guazón? Sometidos al antojo y a la voracidad del cacique, del mandón que crea leyes a su antojo para su beneficio y se burla de las que fueron escritas con sangre en una lacerada y violada constitución ¿Tolerando lo que sea y a quién sea? ¿Comparsas en una mascarada trágica?
No sé si reír o llorar, pero mexicano, es tiempo, ponte de pie, saca a casta, haz hervir tu sangre, encabronate y grita ante los fantasmas de gloria del ayer
Quiero ser como tú, ¡firme y sereno!;
Quiero ser como tú, ¡paciente y bueno!;
Quiero ser como tú, ¡nieve y montaña!.
Soy una chispa; ¡enséñame a ser lumbre!
Soy un gujarro; ¡enséñame a ser cumbre!
Soy una linfa: ¡enséñame a ser río!
Soy un harapo: ¡enséñame a ser gala!
Soy una pluma: ¡enséñame a ser ala,…